ARCHIVÉE 5.2.8. Normalización por consenso, por voto y por decreto
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5.2.8. Normalización por consenso, por voto y por decreto
Las normas son, por lo general, aceptadas de forma voluntaria. Los acuerdos de normalización, sobre todo en el caso de las normas de jure, se concluyen en gran medida gracias a la deliberación y la persuasión de los miembros participantes. Estas normas se utilizan ampliamente ya que garantizan la interconectividad e interoperabilidad, no porque su aplicación sea obligatoria.
En los organismos internacionales de normalización, las normas son elaboradas por expertos en la materia que trabajan en grupos o comités. Una vez logrado un cierto grado de acuerdo sobre el documento de normas estudiado se pasa a la siguiente etapa: la votación. Se distribuye el documento y se solicita a los países miembros participantes que voten a favor o en contra del documento, o que declaren su abstención. Así, los documentos estudiados se convierten en normas internacionales cuando todos los países miembros alcanzan un consenso. Dicho consenso es importante ya que representa un punto de vista común de las partes interesadas.
Si el caso lo amerita, es posible anexar comentarios a la papeleta de voto emitida y supeditar la aceptación del documento a la resolución de las cuestiones planteadas en los comentarios. Se alienta a los miembros a añadir comentarios, especialmente en el caso de los votos negativos, ya que a menudo constituyen el punto de partida para una resolución futura.
Por lo general, los países adoptan las normas de la ISO y la CEI como normas voluntarias, aunque también pueden ser adoptadas a nivel nacional por decreto. Las normas voluntarias se convierten en obligatorias si son incorporadas en códigos o reglamentos nacionales. Cuando las normas se incluyen en la legislación nacional, la ley las dota de fuerza ejecutoria, por lo que dejan de ser voluntarias.
Las normas de facto son establecidas por las empresas de cierta industria, sobre todo en el caso de las tecnologías de la información. Así, el hecho de ser competitivo en el mercado puede depender de la adopción de estas normas y del empleo de su terminología.
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